lunes, 16 de febrero de 2009

¡QUÉ HACER EN MEDIO DE LA TORMENTA!


Un día el Señor Jesús, estando a la orilla del mar de Galilea, al anochecer les dijo a sus discípulos:
Pasemos al otro lado del lago, y dejando la multitud que le seguía se fueron en una barca. Para ir a la tierra de Gadara, una de las diez ciudades de Decapolis y se acostó a dormir sin ninguna preocupación. Pero al ir en medio del mar, se desató una gran tormenta la cual les estaba llenando la barca de agua y amenazaba con hundirlos, por lo que los discípulos se asustaron y decidieron llamarlo y le dijeron. — ¡Maestro! —gritaron—, ¿no te importa que nos ahoguemos? Marcos 4:38 BNVI
Era que la tempestad no era cualquier tempestad, era una tremenda tormenta.
Dicen que allí en el mar de Galilea cuando hay tempestad se levantan olas hasta de 6 metros de alto, ¿te podrás imaginar con una tormenta de tal magnitud?
En este caso era una tormenta física; pero hay tormentas espirituales que golpean con ímpetu nuestra vida con la intención de hacernos hundir para destruirnos.
Pero no debes olvidar que en medio de la tormenta el Señor está a tu lado para decirle a ese mar de problemas, calla, enmudece. Para que el viento que te quiere derribar se calme y se haga grande bonanza.
Mira bien lo que dice la Palabra de Dios, y se hizo grande bonanza.
¿Tú quieres que cuando estés pasando por un mar de problemas Jesús te socorra?
La solución es poner nuestra confianza en el autor y consumador de la fe.
Creer. Porque: Si puedes creer, al que cree todo les es posible. Marcos 9:23

Si no tienes fe, dígale al Señor como le dijo un padre de familia: Creo; ayuda mi incredulidad. Marcos 9:24
También le puedes decir como le dijeron los apóstoles al Señor: Aumenta nuestra fe. Lucas 17:5
En el transcurrir de nuestra vida podemos pasar por en medio de tormentas o introducirnos en un desierto.
Sea cual sea el problema o la prueba, tenemos que entender que las pruebas son necesarias en nuestra vida, ya que sin ellas no vamos a crecer espiritualmente en la fe.

Es obligatorio aprender a vencer el temor, si queremos crecer.
Además el temor nos aleja del amor de Dios.
1 Juan 4:18 dice: En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
También debemos aprender a tener paz y gozo en medio de la tormenta.
Estos son frutos del Espíritu Santo en la vida de cada creyente.
La Biblia dice en Gálatas 5:22-23. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Para finalizar le animo a que avance por fe, ore y estudie la Biblia.
No olvide que después de cada tormenta sale el sol brillando esplendoroso y viene la calma.
Después del desierto está el oasis y después de cada guerra viene la paz.
Si estás pasando por una situación grave o difícil, de tristeza y desesperación; toma aire, respira profundo y avanza con nuevas fuerzas, pero con la fuerza del Señor.
Notarás que: Según avanza cobrará más fuerzas. El Salmo 84:7 dice:
Según avanzan los peregrinos, cobran más fuerzas, y en *Sión se presentan ante el Dios de dioses.
Haz como el león, la Biblia dice así: El león, fuerte entre todos los animales, Que no vuelve atrás por nada; Proverbios 30:30
Adore a Dios, cante alabanzas al Señor y déle la gloria que Él se merece.
Nunca, pero nunca olvide que con Cristo somos más que vencedores.
La meta de la victoria te espera. No te quedes paralizado (a)
Avanza con paso firme y de vencedores.
Que Dios te bendiga muy rica y poderosamente.
Pastor. Licdo. Inginio Roa

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