domingo, 16 de noviembre de 2008

COMO SER UN VENCEDOR

VIVE COMO JESÚS VIVIÓ
Y
VENCERÁS COMO ÉL VENCIÓ.

MI ESPOSA Y YO

EL MURO



Dicen que una vez un hombre, era perseguido por varios malhechores que querían matarlo. El hombre ingresó a una cueva. Los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores de la que el se encontraba. Con tal desesperación elevó una plegaria a Dios, de la siguiente manera:"Dios todopoderoso, has que dos ángeles bajen y tapen la entrada, para que no entren a matarme". En ese momento escuchó a los hombres acercándose a la cueva en la que el se encontraba, y vio que apareció una arañita. La arañita empezó a tejer una telaraña en laentrada. El hombre volvió a elevar otra plegaria, esta vez mas angustiado:"Señor te pedí ángeles ,no una araña."Y continuó: "Señor por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme". Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada, y observó a la arañita tejiendo la telaraña. Estaban ya los malhechores ingresando en la cueva anterior de la que se encontraba el hombre y este quedó esperando su muerte. Cuando los malhechores estuvieron frente a la cueva que se encontraba el hombre, ya la arañita había tapado toda la entrada, entonces se escuchó esta conversación: Primer hombre: Vamos, entremos a esta cueva. Segundo hombre: No. ¿No ves que hasta hay telarañas? Nadie ha entrado en ésta cueva. Sigamos buscando en las demás cuevas. "La fe es creer que se tiene lo que no se ve. Perseverar en lo imposible" Hay una frase muy bella que dice: " Si le pides a Dios un árbol te lo dará, en forma de semilla".Hebreos 11:1“Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

sábado, 15 de noviembre de 2008

LOS TRES CONSEJOS



Una pareja de recién casados era muy pobre y vivía de los favores de la gente de un pueblito del interior.

Un día el marido le hizo la siguiente propuesta a su esposa: ”Mi amor yo voy a salir de la casa, voy a viajar bien lejos, a buscar un empleo y a trabajar hasta tener condiciones para regresar y darte una vida más cómoda y digna. No sé cuánto tiempo voy a estar lejos, solo te pido una cosa, que me esperes y mientras yo este lejos, me seas fiel, pues yo te seré fiel a ti."
Así, siendo joven aún. Caminó muchos días a pie, hasta encontrar un hacendado que estaba necesitando de alguien para ayudarlo en su hacienda. El joven llegó y se ofreció para trabajar y fue aceptado. Pidió hacer un trato con su jefe, el cual fue aceptado también. El pacto fue el siguiente:

"Déjeme trabajar por el tiempo que yo quiera y cuando yo encuentre que debo irme, usted, señor me libera de mis obligaciones: Yo no quiero recibir mi salario. Le pido señor que lo coloque en una cuenta de ahorro hasta el día en que me vaya. El día que yo salga. Usted, me dará el dinero que yo haya ganado."Estando ambos de acuerdo.

Aquel joven trabajó durante 20 años, sin vacaciones y sin descanso. Después de veinte años se acercó a su jefe y le dijo: "Jefe, yo quiero mi dinero, pues quiero regresar a mi casa." El jefe le respondió: "Muy bien, hicimos un pacto y voy a cumplirlo, solo que antes quiero hacerte una propuesta, ¿está bien? Yo te doy tu dinero y tú te vas, o te doy tres consejos y no te doy el dinero y te vas. Si yo te doy el dinero, no te doy los consejos y viceversa. Vete a tu cuarto, piénsalo y después me das la respuesta."

El pensó durante dos días, buscó al jefe y le dijo: "quiero los tres consejos". El jefe le recordó: "Si te doy los consejos, no te doy el dinero."Y el empleado respondió: "Quiero los tres consejos". El jefe entonces le aconsejó:
1.- Nunca tomes atajos en tu vida. Caminos más cortos y desconocidos te pueden costar la vida. 2.- Nunca te metas en aquello que represente el mal, pues el meterse en cosas y casos que nos son de uno pueden ser fatal.
3.- Nunca tomes decisiones en momentos de rabia, de odio y de dolor, pues puedes arrepentirte demasiado tarde
.
Después de darle los consejos, el jefe le dijo al joven, que ya no era tan joven, así:

Aquí tienes tres panes, dos para comer durante el viaje y el tercero es para comer con tu esposa cuando llegues a tu casa." El hombre entonces, siguió su camino de vuelta, después de estar veinte años lejos de su casa y de su esposa que él tanto amaba. Después del primer día de viaje, encontró una persona que lo saludó y le preguntó: "¿Para dónde vas?" Él le respondió: "Voy para un camino muy distante que queda a más de veinte días de caminata por esta carretera." La persona le dijo entonces: "Este camino es muy largo, yo conozco un atajo por el cual llegarás en pocos días".

Él contento, comenzó a caminar por el atajo, cuando se acordó del primer consejo, "nunca tomes atajos en tu vida. Caminos más cortos y desconocidos te pueden costar la vida" Entonces se regresó y se alejó de aquel atajo y volvió a seguir por el camino normal.
Dos días después se enteró de otro viajero que había tomado el atajo, y lo asaltaron, lo golpearon, y le robaron toda su ropa.
¡Ese atajo llevaba a una emboscada!

Después de algunos días de viaje, y cansado al extremo, encontró una pensión a la vera del camino. Era muy tarde en la noche y parecía que todos dormían, pero una mujer mal encarada le abrió la puerta y lo atendió. Como estaba tan cansado, tan solo le pagó la tarifa de la noche sin preguntar nada, y después de tomar un baño se acostó a dormir. De madrugada se levantó asustado al escuchar un grito aterrador.
Se puso de pié de un salto y se dirigió hasta la puerta para ir hacia donde escuchó el grito. Cuando estaba a punto de abrir la puerta, se acordó del segundo consejo. “nunca te metas en aquello que represente el mal pues la curiosidad por el mal puede ser fatal"

Regresó y se acostó a dormir. Al amanecer, después de tomar café, el dueño de la posada le preguntó si no había escuchado un grito y él le contestó que si lo había escuchado. El dueño de la posada le preguntó: Y ¿no sintió curiosidad? Él le contestó que no. A lo que el dueño les respondió: Usted ha sido bendecido al salir vivo de aquí, pues en las noches nos acecha una mujer maleante con crisis de locura, que grita horriblemente y cuando el huésped sale a enterarse de qué está pasando, lo mata, lo entierra en el quintal, y luego se esfuma. Él siguió su larga jornada, ansioso por llegar a su casa.

Después de muchos días y noches de caminata ya al atardecer, vio entre los árboles humo saliendo de la chimenea de su pequeña casa, caminó y vio entre los arbustos la silueta de su esposa.

Estaba anocheciendo, pero alcanzó a ver que ella no estaba sola. Anduvo un poco más y vio que ella tenía en sus piernas, a un hombre al que le estaba acariciando los cabellos. Cuando vio aquella escena, su corazón se llenó de odio y amargura y decidió correr al encuentro de los dos para matarlos sin piedad.

Respiró profundo, apresuró sus pasos, cuando recordó el tercer consejo. "nunca tomes decisiones en momentos de odio, ira y dolor, pues puedes arrepentirte demasiado tarde" Entonces se paró y reflexionó, decidió dormir ahí mismo aquella noche y al día siguiente tomar una decisión.

Al amanecer ya con la cabeza fría, dijo: "No voy a matar a mi esposa”. Voy a volver con mi jefe y le pediré que me acepte de vuelta. Solo que antes, quiero decirle a mi esposa que siempre le fui fiel a ella. Que nunca la engañé con otra mujer". Se dirigió a la puerta de la casa y tocó. Cuando la esposa le abrió la puerta y lo reconoció, se colgó de su cuello y lo abrazó fuertemente y le dio un beso profundo.
El trató de quitársela de encima, pero no lo consiguió. Entonces con lagrimas en los ojos le dijo: Yo te fui fiel, nunca te engañé con otra mujer porque te amo y tu me traicionaste...

Ella espantada le respondió: "¿Cómo? yo nunca te traicioné, te esperé durante veinte años. Él entonces le preguntó: "¿Y quién era ese hombre que acariciabas ayer por la tarde?
Ella le contestó: Aquel hombre es nuestro hijo. Cuando te fuiste, descubrí que estaba embarazada. Hoy él tiene veinte años de edad. Entonces el marido entró, conoció, y abrazó a su hijo y les contó toda su historia.

En la noche, mientras su esposa preparaba la cena, se sentaron a comer el tercer pan y al partirlo, encontró que todo su dinero, el pago de sus veinte años de trabajo estaba dentro del pan.

Muchas veces creemos que los atajos nos ayudan a llegar más rápido, lo que no siempre es verdad.

Muchas veces nos entrometemos en lo que no nos conviene, queremos saber de cosas que ni nos dan respeto y no nos traen nada de bueno.

Otras veces reaccionamos en cólera, movidos por el impulso, en momentos de rabia, y después muy tardíamente nos arrepentimos...

Espero que tú, así como yo, no nos   olvidemos de estos tres consejos. No nos olvidemos tampoco de CONFIAR (aunque tengamos muchos motivos para desconfiar). Recordemos que todo es bueno en la vida solo hay que saberlo aprovechar.
Que debemos cumplir lo que prometemos y al matrimonio lo tenemos que saber dirigir para no ir a destruir lo que ya hemos construido con amor, sabiduría y esfuerzo.

La Biblia dice en Proverbios 1:5 Oirá el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá consejo,…
También en 1 Corintios 13:1-8 nos habla sobre:
La preeminencia del amor
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas,
y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes,
y no tengo amor, nada soy.
Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado,
y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca deja de ser;

Y en Efesios 5: 21-28 dice:
Honrad a Cristo sometiéndoos los unos a los otros.
Las mujeres casadas estén sujetas a sus maridos como al Señor,
porque el marido es cabeza de la mujer, del mismo modo que Cristo es cabeza de la iglesia, que es su cuerpo. Por salvarla dio él su vida.
Así pues, la esposa debe estar sujeta en todo a su marido, lo mismo que la iglesia lo está a Cristo.
Pero también el marido debe amar a su esposa de la misma forma que Cristo amó a la iglesia. Tanto la amó, que se entregó a la muerte por ella,
para santificarla y purificarla por medio del agua y de la palabra de Dios,
y para presentársela a sí mismo santa, limpia de toda mancha y sin arrugas ni nada parecido.
De este modo debe amar el marido a su esposa: como si ella fuera su propio cuerpo. Porque el hombre que ama a su esposa, a sí mismo se ama.

Y finaliza diciendo:
Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios. Hebreos 13:4

BIENVENIDOS HERMANOS CRISTIANOS

Saludo a todos mi hermanos y que Dios les continue bendiciendo. Aquí me pueden escribir y formular preguntas las cuales contestare con la ayuda de Dios y de acuerdo a mis conocimientos.
Desde Barinas, Venezuela.
Glorifico el nombre de Dios.